2 de septiembre de 2010

Conducta autista

Conducta autista
Eugenio Leal

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Pasa el tiempo y no se
implementan las leyes para crear pequeñas y medianas empresas. Raúl
Castro repite que todo se realizará a su debido tiempo y sin
improvisación, y advierte que hay que tener paciencia.

Ahora la tierra se le arrienda a los campesinos para producir alimentos
por diez años renovables, cuando debería ser de por vida y con
posibilidades de que sus descendientes les sucedan en la tenencia. Es
diferente con los empresarios extranjeros, para construir obras para el
turismo, a los que se les concederá el derecho de la tierra por noventa
y nueve años y la correspondiente posibilidad de exportar las ganancias.

Antes había ocurrido con las inversiones en la industria y otros
sectores de la economía. Sólo los foráneos y los de origen nacional
radicados en el exterior pueden invertir. Los de adentro somos la mano
de obra cautiva. Cualquier actividad productiva que emprendan las
personas se declara ilegal, los bienes y recursos obtenidos se califican
de enriquecimiento ilícito, son decomisados y se les condena.

Si algo no se puede simular es el libre albedrío. Es, precisamente, la
falta de libertad en nuestra sociedad, la que ha llevado a la nación y a
sus ciudadanos al estado actual. Sólo cuando se restablezcan en la
nación los derechos económicos, políticos, sociales y culturales
comenzará el largo proceso de recuperación. No será posible revertir el
estado actual con apariencias de reformas al sistema, porque no es
perfectible.

La enfermiza acción de dominación impide, entre otras cosas, que se
creen cooperativas de consumidores. Las condiciones de miseria y
explotación económica dieron origen a este tipo de asociación. Su
propulsor fue el industrial socialista utópico Robert Owen (1771-1858).
La primera se creó entre los mineros pobres en Rochdale, Inglaterra a
mediados del siglo XIX.

Con una finalidad material, social y educativa, estas agrupaciones
mantienen unos principios y eficiencia que han posibilitado el bienestar
de sus asociados y de las comunidades por todo el orbe, al establecerse
la distribución de las ganancias según la participación. Serían una
forma de mejorar las maltrechas economías familiares en nuestro país.
Claro está, si el sistema en Cuba no fuera un moderno feudalismo, como
lo ratifica el hecho que su único interlocutor válido es la Iglesia
Católica.

En su tonada, Esperar, el cantautor Erick Sánchez repite un estribillo
que dice: esperar, esperar, esperar, a mí que me desespera / esperar,
esperar, esperar, pregúntaselo a Mandela. Precisamente, sabemos que
Nelson Mandela se oponía con firmeza al enfrentamiento armado contra el
apartheid. Posteriormente llegó a la conclusión que el opresor es el que
impone el tipo de lucha y creó los destacamentos de combate del Congreso
Nacional Africano (A.N.C.) en Sudáfrica.

También es bueno recordar que, al referirse a nuestros compatriotas,
Nicolás Guillén, en uno de sus poemas dice: Cierto es que este es un
pueblo manso todavía / pero un día hace como esos árboles urbanos que
levantan la acera con una sola raíz. Ya los rizomas se extienden y los
tallos brotan a la superficie, pero los que detentan el poder mantienen
una conducta autista.

http://www.cubanet.org/CNews/year2010/sept2010/02_C_2.html

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