25 de agosto de 2010

Un abogado cuerdo

Un abogado cuerdo
René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - En las últimas semanas, la
opinión pública nacional e internacional ha estado pendiente del caso
del abogado Juan Juan Almeida, hijo del héroe revolucionario del mismo
nombre, fallecido el pasado septiembre.

El conocido jurista cubano se encuentra gravemente enfermo, pues se le
ha diagnosticado espondilitis anquilosante. La "potencia médica" no es
capaz de curar esa seria afección, pero existen fundadas esperanzas de
que Juan Juan, al igual que Ariel Sigler, pueda curarse fuera del país.

Pero quienes en Cuba pueden resolver el problema, no quieren permitir el
viaje de Almeida García. También él ha tenido que escuchar la frase que
he oído más de una vez: "Por el momento usted no está autorizado a viajar".

Lo cual, en este caso, significa que alguien, cómodamente sentado en su
oficina, decide sobre la salud, la posible invalidez y aun la muerte de
otra persona. Ni lo curan ni quieren permitir que otros lo hagan: una
nueva versión del perro del hortelano.

Pero hay un conocido refrán: "Hijo de gato caza ratón". Si en sus años
mozos Juan Almeida Bosque arrostró los peligros de la muerte y la
tortura por aquello que creía justo, ahora su hijo Juan Juan no está
dispuesto a admitir que lo despojen del derecho humano de salir de
cualquier país, incluso del propio.

El abogado independiente ha usado las formas de protesta pacífica que
han estado a su alcance: la más conocida es la que recoge un video en el
que aparece parado en medio de la calle, en la céntrica esquina de 23 y
L, con un cartel que proclama: "Estoy en huelga de hambre. Reclamo mis
derechos".

También ha protagonizado, desde el 15 de junio, un ayuno que le ha hecho
bajar decenas de libras. Después que su salud se empeoró notablemente
por ese motivo, fue ingresado en el hospital Fajardo.

Pero hay un importante detalle: no fue internado en una sala de terapia
intensiva o intermedia, en dependencia de su mayor o menor gravedad.
Contra todo pronóstico razonable, fue conducido a la sala de psiquiatría.

Esta actuación debe servir como llamado de alerta a todas las personas
de buena voluntad. ¿Qué se pretende con ese ingreso en un centro para
dementes? ¿Estarán pensando en sacar del camino por esa vía al incómodo
jurisconsulto?

No podemos olvidar que el comunismo internacional tiene amplia
experiencia en el uso de esa rama de la medicina como instrumento
represivo. Son conocidísimos los internamientos de disidentes en
manicomios en la antigua Unión Soviética.

¿Pretenden acaso "demostrar" que el hijo de un dirigente destacado tiene
que estar loco para querer viajar al extranjero? Se sabe que entre los
muchos que han optado por expatriarse se cuentan los vástagos de líderes
de máximo nivel, comenzando por la hija natural de Fidel Castro y un
retoño del comandante Ramiro Valdés.

En realidad, dada la catástrofe de Cuba, los dementes habría que
buscarlos entre los que hemos optado por permanecer en nuestra Isla
enfrentándonos al régimen totalitario. Orates de primer orden serían
—pues— los valientes compatriotas que, desde la cárcel, decidieron no
salir de Cuba si son liberados: Oscar Elías Biscet, Arnaldo Ramos
Lauzurique, Librado Linares y los demás.

En el ínterin, debemos permanecer al tanto del caso de Juan Juan
Almeida: Él pretende hacer uso de un derecho inalienable, y los hombres
de leyes conocemos el viejo apotegma romano: Quien hace uso de un
derecho, no perjudica a nadie.

http://www.cubanet.org/CNews/year2010/agosto2010/25_C_2.html

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