Un hilo de fibra óptica instalado bajo el mar multiplicará el ancho de
banda del país caribeño
iñaki mendizabal elordi - Lunes, 28 de Junio de 2010 - Actualizado a las
07:27h.
unos dicen que servirá para que muchos hogares cubanos puedan acceder a
internet, y otros acusan a Raúl Castro y a Hugo Chávez de querer
controlar las comunicaciones privadas de sus respectivos países. Los más
histéricos fabrican incluso tramas novelescas, y denuncian que la nueva
vía de comunicación podría servir para desviar a La Habana todas las
conversaciones telefónicas venezolanas, con la intención de espiarlas.
Todo lo que rodea a Cuba está expuesto a la polémica, y ésta no iba a
ser una excepción. El anuncio de los mandatarios de Venezuela y Cuba de
extender un cable submarino de fibra óptica de un país a otro ha
provocado las iras de la oposición más contumaz y rígida (la de Miami),
mientras que los disidentes de la isla desconfían también del proyecto,
aduciendo que "ya se pondrán las trabas necesarias para que el cubano no
pueda acceder a ciertas páginas".
Lo cierto es que para los habitantes del "cocodrilo verde" el acceso a
internet es lo más parecido a un calvario. Y para aquellos que viven en
zonas alejadas de las grandes ciudades la Red es, sencillamente, una
quimera. Pero no es un problema exclusivo de los cubanos, porque también
le puede pasar a un turista. Puede suceder que en el hotel donde se
hospeda el "yuma" de turno la conexión se haya caído, o que una extensa
fila de gente espere resignada por los tres ordenadores que tiene la
sala, o que a uno no le de la gana gastarse nueve dólares por una hora
de conexión.
Con estas premisas los cubanos acceden a los contenidos de internet a
cuentagotas, pero aun así se las ingenian para crear correos, blogs y
páginas web. Algunos aprovechan que familiares o vecinos trabajan en
instituciones o empresas que cuentan con este servicio para pedirles
favores (mandar correos al extranjero, acceder a redes sociales, bajar
información, u otros tipos de trámites), mientras que otros recurren al
mercado negro para hacerse con un acceso ilegal. Estas personas se
arriesgan a una importante multa, y si reinciden podrían, incluso,
acabar en prisión.
dribling al bloqueo Muchas de estas penurias podrían acabarse el próximo
año. Venezuela piensa socorrer una vez más a su aliada, y esta vez el
auxilio llegará por mar, protegido en un tubo de más de 1.600 kilómetros
que se depositará en el fondo marino, un canal que transportara cables
de fibra óptica con una capacidad total de 640 gigabytes. La dimensión
de la ayuda es importante, porque el cable garantizaría cierta
independencia en las telecomunicaciones.
Cuba depende ahora de los satélites que alquila a los Estados Unidos y
la factura le sale demasiado cara, amén de recibir un servicio muy
exiguo. Toda la isla cuenta con el ancho de banda de un cibercafé
europeo (unos 124 megabites por segundo). El Gobierno cubano trata de
optimizar estos recursos y restringe el uso de los mismos, dando
prioridad a las universidades, a los centros culturales y de salud, a
los medios de prensa y a más de 600 clubs de informática para jóvenes.
Además de eso hay más de un millón de jóvenes recibiendo nociones
básicas de informática.
El cable estará protegido contra tiburones, movimientos sísmicos y
también contra la presión de las profundidades, y para extenderlo se
utilizará la "técnica de arco", que revestirá el tubo con cuerdas de
acero muy finas y de configuración encorvada. Las obras llevan un
retraso de casi un año. La empresa responsable de llevar a cabo el
proyecto (la francesa Alcatel-Lucent) se ha encontrado con toda clase de
dificultades técnicas y geográficas (aguas internacionales, el propio
bloqueo y sus impedimentos...) que han obligado a extender el cable cien
kilómetros más de lo previsto, un cable que no sólo alcanzará a Cuba,
sino que arribará también a las costas de Jamaica. Más adelante tampoco
se descarta que pueda llegar a Nicaragua o a Haití, y para ello han
diseñado una unidad de bifurcación. El inicio de las obras está previsto
para enero de 2011 y los responsables de los dos países esperan que se
pueda inaugurar para julio de ese mismo año. Estiman que el cable tendrá
una vida útil de unos veinte o treinta años.
Mientras tanto opositores y seguidores del Gobierno cubano continuarán
vertiendo versiones distintas respecto al dificultoso acceso a la Red.
Teorías y críticas al margen, lo que sí parece cierto es que el proyecto
va a ser un golpe fuerte contra el bloqueo impuesto por los Estados
Unidos en 1960.
http://www.deia.com/2010/06/28/mundo/venezuela-echa-un-cable-a-cuba
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