2009-09-25.
Julio Romero Muñoz, Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- La Plaza José Martí, ahora llamada también
de la Revolución por designio del comunismo imperante, se convirtió este
pasado domingo 20 de septiembre en escenario de polémica y
cuestionamientos múltiples sentenciados por criterios diferentes. Un
contraproducente slogan, bautizaba la edición de tal evento "Paz Sin
Fronteras".
Asunto que se convirtió en boomerang para el cantante Juanes y sus
acompañantes, por la ironía que trasfunde a tal estandarte, y he aquí el
punto más convulso de un hecho que hubiese pasado sin muchos ruidos ni
rastros.
No está en mi ánimo el de juzgar de bien o malintencionado el empeño del
afamado artista, aunque inevitablemente hace pensar hasta al más inculto
de los que conocen la dolorosa realidad, el que la toca o vive en carne
propia.
Coincidentemente la resistencia pacífica interna reconoce que más de un
millón de cubanos se han incorporado a la no cooperación con el régimen.
Esta es la cifra de asistentes que según las propagandas oficialistas
asistieron a la plaza. ¿Será que se intentan confundir los mensajes?, me
pregunto sin querer empañar la realidad, esa verdad tocante con la
vista, de ver a la masa juvenil sedienta no del H2O sino de lo que más
carecen, que son estas oportunidades de esparcimiento aunque esté la
constante Pi del asedio policial.
Ahora todos dicen por allí que contrasta esta asistencia con la que se
produce en las convocatorias a los actos políticos procedentes del
Gobierno, y que ni Fidel Castro pudo hacer que concurrieran ante sí,
tantos jóvenes arrastrados por su libre albedrío.
La imagen de Guevara también contrastaba con el canto y el slogan, por
sus prédicas y epistolarios acerca de su sed de sangre, odio y furia.
Algunos amigos me llaman sondeando criterios que desentrañen la
interpretación de las frases de Juanes al referirse al futuro en manos
de la juventud, conminando a cambiarlo para bien. ¿Fueron estos mensajes
subliminales? O era una autojustificación al decir que la música debe
viajar por el aire sin importar como pensemos.
Se convertía ayer la nombrada plaza en un pedestal de ignorancia, en el
cual se entonaban unas letras dedicadas a aquellos que eran secuestrados
en las selvas colombianas por las guerrillas comunistas de las FARC.
Mientras, en una finca floridana aquí en Camagüey, dos jóvenes se
hallaban raptados por la Policía Política porque se propusieron ir al
conciert. Por el solo hecho de ser opuestos al régimen imperante, estos
jóvenes, Héctor Nodarse y Meibis Mulens, fueron desaparecidos de sus
contactos familiares por más de 24 horas, mientras Madelín Aguilar Cruz,
esposa de uno de ellos, se angustiaba el alma sin paz y con muchas
fronteras.
Otros activistas como J.C.P.A. y su esposa eran cautivos en su propia
vivienda, y decenas de opositores bajo vigilancia y recibiendo visitas
previas de los represores, notificándoles limitaciones de movimiento. ¿A
qué le teme este régimen? ¿A que un grito de libertad se escape de sus
clausuras y cual implacable histeria cruce todas las barreras de fuerza
y contención?
En verdad por aquellos jóvenes que disfrutaron de lo que nunca tienen y
como gesto cortés, doy las gracias a quien halla venido con la intención
de hacerle un presunto regalo al pueblo cubano, aunque fuera del celofán
se les haya quedado los detalles del aliento, primicia indispensable
para la mayoría.
No puede haber paz en el hogar de familias ausentes y dispersas, no
puede haber paz en los acosados, perseguidos o encarcelados por querer
ser diferentes, no puede haber paz en los que guardan luto perenne por
aquellos que se quedaron sepultados bajo las aguas del mar.
No puede haber paz en las casas donde los cuerpos policiales se
presentan constantemente para amenazar, hostigar y persuadir. No puede
haber paz en los hombres que como Pánfilo quieren gritar a los cuatro
vientos y temen a las represiones. No puede haber paz en una nación
enclaustrada en su propia vivienda sin derechos a caminar libremente por
su país y mucho menos dueño de cuanto hay en él, como decía
equivocadamente el difunto Guillén.
Es criticable la expresión del artista Juan Formell que con gran
indolencia transgredió el dolor de todos los cubanos que de una manera u
otra guardan sufrimientos múltiples que los conlleva a optar por la
protesta. Repudiable su actitud y pudiera hasta clasificarce de
antipatriota.
En fin, para no emborronar cuartillas con tantas cosas tristes, resumo
diciendo que no puede haber paz donde no hay libertad plena.
UNA PLAZA CON FRONTERAS - Misceláneas de Cuba (25 September 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=23092
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