26 de agosto de 2009

Radiografía de un desastre

Radiografía de un desastre
Jorge Olivera Castillo. Sindical Press.

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Al socialismo que aún se
pavonea por las avenidas de la historia se ven las manchas del desastre.
Entre las gradaciones de su ocaso cobran mayor nitidez las
extravagancias y otros escombros de esos derrumbes que ocurren con
alarmante regularidad. No hay que usar lentes ni asomarse al cristal de
un telescopio para avizorar los colores de la ineficiencia y el diámetro
de la corrupción. Esas y otras constelaciones están aquí, en tierra
firme, ofreciendo las evidencias de que la revolución cubana se ha
podrido en 50 años de pésimas gestiones gubernamentales. Son
innumerables los puntos negativos al pasar revista sobre la geografía de
la catástrofe.

¿Cómo se explica que de las universidades se gradúen cada año miles de
profesionales y por otro lado sea imposible garantizar un mínimo de
higiene en las vías y los vecindarios?

Es un milagro que en Ciudad de La Habana no se haya desatado una
epidemia a consecuencias de la acelerada proliferación de basureros, el
notable aumento de perros y gatos abandonados y el uso de la calle como
urinario público por los ciudadanos.

La situación es insoluble. Por más que se apele a la conciencia de los
pobladores, se aborde el tema en la prensa oficial y un par de
dirigentes salgan de vez en vez en cuando por la televisión a bañar con
retórica el asunto, la realidad continua en la penumbra.

Por otro lado, mueven a risa los preparativos para una guerra contra los
Estados Unidos y, sin embargo, en el conflicto real contra la ineptitud,
el estancamiento, la burocracia y el voluntarismo, son los eternos
perdedores.

Si la dirigencia del país pensó en la gloria que le reportaría un
choque armado, tan siquiera de bajo nivel, con los Estados Unidos, erró
en sus cálculos. Sus verdaderos adversarios surgen y se fortalecen a
partir de las políticas fallidas internas, basadas en atar con las
cadenas del centralismo a las fuerzas productivas y a los medios de
producción.

Consumir más de medio siglo en chapucerías es imperdonable. Esto no es
una sentencia establecida sobre los frágiles pilotes del resentimiento
y la pasión, es una conclusión que se fundamenta en un compendio de
disparates y excesos que rebasan lo imaginable. El legado de lo que ni
remotamente merece el nombre de socialismo, será funesto.

Desde sus inicios el sistema desestructuró la escala de valores que,
entre otras cosas, privilegiaba a la familia como núcleo fundamental de
la sociedad. El Estado asumió el papel supra patrimonial de los
atributos de la nación. Nada quedó fuera del interés en crear una
dictadura totalitaria con fachada de revolución, "por los humildes y
para los humildes". Ya comienzan a descoserse los remiendos y salen a
relucir los efectos de los dislates.

Un pueblo compulsado a vivir en la mentira por razones de supervivencia,
miles de personas echadas en la cárcel por cualquiera de los centenares
de delitos avalados en los manuales de la justicia revolucionaria, miles
de universitarios obligados a hacer pruebas de ortografía de tercero y
cuarto grados como requisito para continuar o acceder a los estudios
superiores, un país agrícola que importa el 80 por ciento de los
alimentos, más de un millón de cubanos que han abandonado el país a
causa de las políticas represivas.

La lista de deficiencias empequeñece la de los aciertos. La
desproporción es tal que resulta penoso establecer comparaciones de esta
índole. La revolución desaparece a plazos, casi de manera imperceptible.
En la medida que esto ocurre, crecen los basurales, el número de perros
y gatos hurgando en la inmundicia, el alcoholismo y la violencia verbal
y física.

El lodo de la marginalidad y el descalabro avanzan por la república. El
alud puede terminar sepultándolo todo.

oliverajorge75@yahoo.com

Cuba: Radiografía de un desastre (26 August 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/agosto09/26_C_4.html

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