Arreglo lejano, pero no imposible
Por Patricia Grogg
LA HABANA, 28 ago (IPS) - Normalizar las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos, separados por un conflicto de casi medio siglo, tomará tiempo,
pero hay potencial y un ambiente favorable para el acercamiento,
concluyó este viernes un influyente político estadounidense que visitó
La Habana por cinco días.
Bill Richardson, gobernador del sureño estado de Nuevo México, se
declaró optimista, pese a reconocer que el acercamiento entre dos países
separados desde hace 50 años es complejo y requiere la discusión de
muchos temas. En su opinión, un eventual intercambio humanitario podría
ser el principio del diálogo bilateral.
Durante su estancia, el político del gobernante Partido Demócrata
sostuvo dos encuentros con el presidente de la Asamblea Nacional
legislativa, Ricardo Alarcón, e dialogó con altos cargos de la
cancillería y jerarcas del comercio y la ciencia. Poco antes de
emprender el regreso, dijo a periodistas que su misión en Cuba fue
principalmente "comercial".
Richardson aclaró además que no viajó en representación del gobierno de
Barack Obama, aunque le presentará sus recomendaciones. "Hay un ambiente
muy bueno, el mejor que he visto en muchos años, para arreglar las
relaciones", comentó y añadió que los dos países tienen que dar "pasos
concretos" en esa dirección.
El político estuvo por primera vez en Cuba en 1996, cuando fue recibido
por el entonces presidente Fidel Castro y obtuvo la liberación de tres
presos por motivos políticos. Esta vez no se reunió con el líder
histórico de la Revolución Cubana, ni con su hermano menor, Raúl, a
cargo de la presidencia desde febrero del año pasado.
"Sí me llegó un mensaje del comandante Castro, personal, que me dieron
anoche", relató Richardson, luego de asegurar que su delegación fue
informada en Washington de que no habría reuniones con el presidente
Raúl Castro ni con el ex mandatario, quien a juzgar por un vídeo
difundido en los últimos días está muy recuperado en su salud y de buen
ánimo.
El avezado político estadounidense es partidario de comenzar a dar
"pasos modestos", de carácter humanitario, antes de entrar en asuntos
gruesos como el de los "presos políticos" o el embargo estadounidense,
que Cuba llama bloqueo y afirma que le ha causado perjuicios por más de
90.000 millones desde su implantación en 1962.
En su opinión, del "lado americano" (estadounidense) se requiere más
atención a "Latinoamérica y a Cuba", y del "lado cubano" es importante
que haya "más flexibilidad en sus posiciones, más acciones recíprocas,
especialmente en el área humanitaria".
El 1 de agosto, Raúl Castro reiteró su disposición al diálogo con
Estados Unidos, pero no para negociar el sistema político y social. "No
le pedimos a Estados Unidos que lo haga. Debemos respetar mutuamente
nuestras diferencias", indicó el gobernante, quien también defendió la
situación humanitaria de su país.
Richardson sugirió a Washington la inmediata implementación de medidas
sobre viajes y remesas de cubanos residentes en Estados Unidos hacia
Cuba, anunciadas en marzo, la ampliación de permisos a los
estadounidenses para viajar a esta isla, así como un alivio de las
regulaciones para intercambios y viajes de ciudadanos cubanos a su país.
En cuanto a Cuba, debería disminuir las restricciones para que sus
nacionales viajen al vecino país y aceptar la propuesta estadounidense
para dar más libertad de movimiento a diplomáticos de las dos naciones,
es decir, para los de Cuba en Washington, y para los de Estados Unidos
en La Habana, precisó.
Las dos naciones no tienen relaciones diplomáticas, pero en sus
capitales funcionan sendas Secciones de Intereses que se ocupan de
asuntos consulares y determinados temas puntuales. En ambos casos, el
personal tiene restricciones para moverse por el país de destino.
Como última sugerencia para Cuba, Richardson mencionó el inicio de un
diálogo entre La Habana y la comunidad cubana que reside en Estados Unidos.
Según aclaró el gobernador estadounidense, no se trata de sustituir el
diálogo entre los dos gobiernos. "Pero yo pienso que para tener éxito en
este esfuerzo, los cubano-americanos (SIC) deben estar involucrados en
las discusiones", dijo Richardson, quien admitió que se entrevistó con
exiliados en días previos a su viaje.
Analistas consultados por IPS, consideraron esta iniciativa como la
menos realista y más improbable. "Puedo equivocarme, pero lo veo muy
difícil… Además, conversar con quiénes, sobre qué y cuáles intereses. El
diferendo cubano-estadounidense es un asunto bilateral, entre Washington
y La Habana", dijo una fuente.
La visita de Richardson siguió en pocos días a la de un grupo de obispos
estadounidenses, encabezados por el cardenal católico Seán Patrick
O'Malley, arzobispo de la nororiental ciudad de Boston, quienes
permanecieron en Cuba entre el 17 y el 21 de agosto y también se
entrevistaron con Alarcón.
Según fuentes cercanas a esa delegación, los temas conversados con el
presidente del parlamento abarcaron las relaciones entre Estados Unidos
y Cuba y "el papel" que puede jugar la Iglesia Católica para una
distensión. Los prelados también hicieron público su rechazo a las
medidas de embargo.
En abril, legisladores afroestadounidenses demócratas que viajaron a La
Habana para explorar las posibilidades de acercamiento entre los dos
países, concluyeron que con Cuba se puede hablar de "cualquier tema" y
ha "llegado el momento de hacerlo".
Esa delegación sostuvo un encuentro de más de cuatro horas con el
presidente Raúl Castro y algunos de sus integrantes conversaron también
con Fidel Castro, alejado del poder desde julio de 2006 por graves
problemas de salud.(FIN/2009)
CUBA-EEUU: Arreglo lejano, pero no imposible - IPS ipsnoticias.net (28
August 2009)
http://ipsenespanol.net/nota.asp?idnews=93165
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