17 de febrero de 2014

In fraganti

Publicado el lunes, 02.17.14

In fraganti
ALEJANDROARMENGOL

No es el exilio cubano de Miami y ni siquiera Washington. Un informe de
Naciones Unidas confirma que el gobierno cubano violó el embargo a las
armas decretado por la ONU al país asiático. Es más, La Habana actuó con
premeditación y alevosía, si vamos a llevarlo a términos legales, ya que
el documento plantea que demostrada "una estrategia cuidadosamente
planeada para ocultar" la carga.

El gobierno de Raúl Castro aparenta encauzar la marcha del país por
caminos más civilizados en la arena internacional, pero la propia
naturaleza del régimen y sus viejas alianzas y compromisos siguen
determinando un rumbo opuesto.

Desde un primer momento, el escándalo del carguero Chong Chon Gang puso
en evidencia no solo el deterioro económico y político de Corea del
Norte, sino también señaló las semejanzas entre los regímenes de La
Habana y Pyongyang, así como las similitudes en la situación de ambos
países.

Incluso para los criterios de la ruinosa flota de carga de Corea del
Norte, que suele transportar contrabando y utiliza los buques hasta que
se hunden, el intento fallido de llevar armas cubanas a través del Canal
de Panamá fue un negocio demasiado arriesgado desde sus inicios.

Sólo llevar una bandera de Corea del Norte es suficiente para que un
barco genere sospechas de las autoridades portuarias y guardias costeras
de todo el mundo. Los barcos norcoreanos siempre están bajo una estrecha
supervisión debido a las sanciones de la ONU, que fueron impuestas
después de que Pyongyang realizó una serie de pruebas nucleares que
comenzaron en el 2006.

El hecho es que el buque transportaba armamento oculto y toneladas de
azúcar de Cuba, en un aparente pago como trueque por la reparación de
los misiles, según el gobierno de Cuba. La realidad es que el
descubrimiento se convirtió en una clara señal de lo ansiosa que está
Corea del Norte por material bélico básico, pero también lanzó una
interrogante: ¿por qué el gobierno cubano, ansioso por brindar una
imagen internacional de estabilidad y respeto internacional mutuo, se
lanzaba a esta aventura en alianza con uno de los países con peor
reputación en el mundo?

La respuesta inicial de Cuba, de que el material bélico retenido en
Panamá estaba siendo enviado para su reparación en Corea del Norte
resultaba no solo absurda sino ridícula.

En primer lugar hay que desestimar que dicho material fuera necesario
para salvaguardar la soberanía cubana. Cuba es una isla en el Caribe. No
tiene ni el temor ni el pretexto de las fronteras terrestres. No es
Bolivia ni es Chile. Ni Venezuela y Colombia. Tener una preparación
militar adecuada contra quién. ¿República Dominicana? Quizá la "poderosa
aviación" del vecino Haití.

El único país que en la zona cuenta con poderío más que suficiente para
acabar con las defensas militares del gobierno cubano ya se sabe cual
es. Y esa nación es precisamente su mayor garantía de paz. Por décadas
Estados Unidos no ha mostrado el menor interés de atacar militarmente a
Cuba.

Así que, desestimada la necesidad de defensa nacional, se abría entonces
la alternativa de que en realidad se tratara de una operación de venta.

Para entender la naturaleza de esta venta, hay que tener en cuenta que
aunque la red de defensa aérea norcoreana es una de las más densas del
mundo, está compuesta por equipos obsoletos, según el grupo de
inteligencia militar Jane's Intelligence IHS. De ahí que los equipos
cubanos, aunque obsoletos de acuerdo a la tecnología moderna, no por
ello son completamente inútiles.

Por ejemplo, los misiles SA-2 que transportaba el buque son muy viejos,
ya que salieron al mercado por primera vez a principios de la década de
1960, y desde entonces fueron modernizados en varias ocasiones. Sin
embargo, un SA-2 iraquí derribó un avión estadounidense F-15E en 1991.

Del análisis más elemental de lo ocurrido se desprende que los hechos
señalan el aislamiento del gobierno de los hermanos Castro.

Ni Rusia ni China. Corea del Norte como aliado ideológico y militar. El
hallazgo de las armas no hizo más que poner de manifiesto las afinidades
entre Pyongyang y La Habana.

La esencia del asunto radica en que la cúpula militar cubana es similar
a la norcoreana. Negocios turbios, enriquecimiento ilícito y dictadura
sin contemplaciones. Lo demás es propaganda y engaño.

Lo que llama la atención es la torpeza con que el gobierno de Raúl
Castro manejó el asunto desde el comienzo. ¿A quién se le ocurre pensar
que con tanto viaje de delegaciones militares de alto nivel de Corea del
Norte a Cuba los radares no estuvieran encendidos? ¿Cómo pudieron
imaginar que un barco norcoreano con armas iba a transitar sin problemas
por el Canal de Panamá?

La única conclusión que cabe es que, para Raúl Castro, el mantenimiento
de la cúpula militar es la razón de Estado. Por supuesto que no es nada
nuevo, pero una verdadera torpeza por parte de La Habana el recordárselo
al mundo.

Source: ALEJANDRO ARMENGOL: In fraganti - Opinión - ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/02/17/1680426/alejandro-armengol-in-fraganti.html

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