12 de mayo de 2017

Una paradoja en el corazón de La Habana

EN NUESTRA OPINIÓN: Una paradoja en el corazón de La Habana
JUNTA EDITORIAL

El emblemático edificio de la Manzana de Gómez, en La Habana, se ha
transformado en una meca del lujo y la ostentación en la capital de lo
que fue un experimento comunista.

La Manzana de Gómez se construyó entre 1894 y 1917, y fue el primer
centro comercial de tiendas estilo mall en Cuba. Entró en una larga
etapa de decadencia –como casi todo en la isla– tras el triunfo de la
revolución de Castro en 1959. Y ahora se ha renovado como sede de un
hotel y tiendas de alto nivel, bajo la dirección de Gaviota, la empresa
comercial de las fuerzas armadas cubanas.

Según el artículo Lacoste, Mont Blanc... Cuba tiene su primer mall de
lujo, de Associated Press [el Nuevo Herald, 9 de mayo], en la renovada
Manzana de Gómez se pueden adquirir artículos suntuosos como cámaras
Canon EOS por 7,542 dólares y relojes Bulgari por 10,200 dólares. Una
crema facial rejuvenecedora en la nueva tienda L'Occitane en Provence
cuesta 162.40 dólares la onza.

El hotel, administrado por la cadena suiza Kempinski, tiene seis pisos.
En el último hay una piscina y un restaurante con vistas panorámicas de
la ciudad.

Alrededor de la renovada manzana, se extiende la Habana Vieja, el casco
histórico de la ciudad, que ha pasado por un proceso de restauración, a
cargo del funcionario estatal Eusebio Leal, con el propósito de rescatar
la belleza del pasado para atraer a los turistas.

También muy cerca del nuevo emporio de lujo en el corazón de la capital
cubana se encuentran viejos edificios deteriorados, donde con frecuencia
hay derrumbes. Allí es donde habitan miembros de la clase trabajadora
cubana, para los cuales la Manzana de Gómez Kempinski es un paraíso
vedado. En un país socialista (que rápidamente está dejando de serlo),
donde los obreros ganan en promedio el equivalente de unos 20 dólares al
mes, un frasco de perfume a casi 100 dólares prácticamente solo está al
alcance de los visitantes extranjeros con dinero que constantemente
arriban a la isla.

En Cuba, la opulencia de unos cuantos deslumbra a pocos pasos de la
miseria de los muchos. Las críticas que los ideólogos comunistas cubanos
hacían –y todavía hacen– de las sociedades capitalistas se vuelven
contra ellos.

Es una paradoja cruel que después de imponer durante décadas un régimen
dictatorial y represivo en nombre de una igualdad que en la práctica
nunca se alcanzó, ese mismo régimen –para sobrevivir, o más bien para
que su clase dirigente sobreviva– esté implantando las desigualdades más
notorias del capitalismo, pero sin sus oportunidades de progresar
económicamente.

El gobierno cubano después de Fidel Castro ha reconocido tácitamente el
fracaso de su modelo de construcción del socialismo. Pero al ensayar
fórmulas capitalistas, deja fuera del juego a la población nacional, sin
recursos para disfrutar los nuevos lujos importados. Una población que
sigue arruinada y con pocas esperanzas de mejorar, y maniatada por una
maquinaria represiva que no ha dejado de funcionar con eficacia.

La nueva Manzana de Gómez es el testimonio del fracaso de una utopía que
terminó en el desastre. Cuba se convierte en un edén para la diversión
exclusiva de extranjeros acaudalados. Los cubanos que se asoman
desconcertados a las vidrieras donde se exhiben artículos fabulosos a
precios inalcanzables, deben preguntarse para qué sirvieron tantos años
de privaciones, atropellos e incertidumbre, y qué les traerá el porvenir.

Source: EN NUESTRA OPINIÓN: Una paradoja en el corazón de La Habana | El
Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/en-nuestra-opinion/article150031522.html

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