12 de mayo de 2017

El desgaste de un relato

El desgaste de un relato
WALDO FERNÁNDEZ CUENCA | La Habana | 12 de Mayo de 2017 - 09:30 CEST.

Fue de las pocas reuniones en la Universidad de la Habana que nunca
olvidaré. La cita entre "jóvenes comunistas" ocurrió en el año 2010. Se
realizaba para analizar la actitud insistente de una estudiante de
Periodismo en su deseo de viajar a EEUU, dada la oferta del Gobierno
norteamericano de otorgar unas becas en Liderazgo y Empoderamiento
Juvenil por seis meses.

Esas becas, popularmente llamadas en su momento "becas SINA", causaron
tremendo revuelo entre las autoridades universitarias. La Seguridad del
Estado tuvo que tomar cartas en el asunto para frustrar la aspiración de
cientos de jóvenes cubanos de obtener esa beca para viajar y conocer EEUU.

Los presentes en la reunión en la Facultad de Periodismo estuvieron de
acuerdo en separar a la muchacha de las filas de la Unión de Jóvenes
Comunistas (UJC) solo por el hecho de aceptar la beca. Sin embargo
manifestaron su desacuerdo en que fuera expulsada de la Universidad de
manera definitiva.

El funcionario de la UJC municipal en una actitud soberbia expresó que
"la época en que se expulsaba de la Universidad había pasado", y puso
como ejemplo de los "nuevos tiempos" el hecho de que un hijo del líder
opositor Oswaldo Payá estudiaba en la casa de altos estudios sin ser
molestado.

Este funcionario, muy bien informado por la Seguridad del Estado, narró
algunos de los trucos que los estudiantes inventaban a los directivos de
la Universidad con el objetivo de obtener el permiso de viaje.
Finalmente la joven pudo terminar sus estudios y hoy trabaja con un
medio de comunicación oficial.

He rememorado esta anécdota a raíz de la expulsión de la estudiante de
Periodismo Karla Pérez González de la Universidad Marta Abreu de Villa
Clara por pertenecer al movimiento disidente Somos+. Dicha medida forma
parte de una cadena de sucesos en los últimos años donde científicos,
economistas y otros profesionales han sido separados de sus centros
laborales por sus posiciones críticas con el régimen o simplemente por
tener vínculos con opositores cubanos.

Para la nomenclatura castrista siempre ha sido muy importante conocer y
domesticar el pensamiento y proyección de los universitarios, en
especial de aquellos que estudian carreras fundamentales en el
sostenimiento del relato totalitario del régimen, como Derecho y
Periodismo. En esa labor resultan vital dos características que
identifican al sistema universitario en la Isla: inexistencia total
de autonomía universitaria y de libertad de cátedra para los docentes.

Pero el desgaste de ese relato es ya muy evidente. Si las anquilosadas
estructuras e instituciones del régimen permanecen incólumes es debido
al inherente inmovilismo y represión que caracteriza a la gestión
raulista. Solo basta recordar que fue Raúl Castro el ejecutor principal
de la desarticulación del Centro de Estudios sobre América en 1996 bajo
la falsa acusación de que sus integrantes eran "quintacolumnas del
Imperialismo". Abrir brechas o pequeños espacios de disentimiento pueden
sepultar a corto o mediano plazo un sistema duro y frágil. Y eso la
elite castrista lo sabe muy bien.

Source: El desgaste de un relato | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1494574255_31053.html

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